Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México

LA MESA REDONDA DE LOS MARXISTAS MEXICANOS:
EL PARTIDO POPULAR Y EL PARTIDO POPULAR SOCIALISTA

Rosendo Bolívar Meza


Para María Jimena

Introducción

El Partido Popular surge a la vida política de México el 20 de junio de 1948, aunque desde dos años antes comenzaron a sentarse las bases para su creación. Sin embargo, desde la primera mitad de los años veinte en que Lombardo revisa su formación ideológica, estudia la filosofía marxista, asimila la teoría del materialismo y hace como instrumento habitual de su pensamiento y acción el método de la dialéctica, comprende en su esencia al marxismo y el principio leninista de la necesidad de la organización de la vanguardia política de la clase obrera, a través del partido político vinculado a las grandes masas y particularmente a la clase trabajadora.

Desde diciembre de 1931 se propuso la transformación del Partido Laborista Mexicano -en que realizó su primera militancia partidista-, en un partido más definido, para hacer avanzar con mayor rapidez la Revolución Mexicana, lo que no se logró debido a la vinculación de sus dirigentes con el poder público y al bajo nivel de conciencia de clase de los cuadros de dirección de la clase trabajadora y de la base misma. Luego, en 1938, en la etapa de institucionalización de la Revolución, ante la amenaza externa del imperialismo e interna de la contrarrevolución, Lombardo propuso la necesidad de la unidad de todas las fuerzas patrióticas, democráticas y revolucionarias en un gran partido popular, no clasista, porque la clase trabajadora, a pesar del grado de organización que había alcanzado, puesto que ya se había creado la Confederación de Trabajadores de México, no era lo suficientemente fuerte y su conciencia de clase estaba apenas en su etapa inicial de desarrollo. Fue así como se creó el Partido de la República Mexicana, verdadera alianza de las fuerzas y sectores democráticos de México, que logró resistir la presión del imperialismo y de la reacción interior, aunque ya para la sucesión presidencial de 1940 se aleja de los principios y objetivos con que naciera, debido principalmente a la ausencia de la clase obrera en la dirección del partido. Por esta razón adquirió otra vez vigencia la necesidad de crear ese partido político de tipo nuevo que la práctica y la teoría mostraba como necesario.

Fue por ello que Lombardo -con la autoridad moral de haber sido el más destacado y lúcido dirigente del movimiento obrero revolucionario- convocó a principios de 1947 a todos los marxistas a una reunión de mesa redonda para analizar los objetivos y táctica del proletariado y del sector revolucionario para esa etapa de la evolución histórica del país, con la finalidad de crear un partido político.[ 1 ]

La vida del Partido Popular, posteriormente Partido Popular Socialista, se encuentra indisolublemente ligada a su fundador Vicente Lombardo Toledano. Fue su verdadero ideólogo, guía y constructor, que plasmó su proyecto político en el proyecto del partido, sus dirigentes y sus bases, notándose claramente que en la declaración de principios, programa de acción, estatutos y líneas estratégica y táctica del partido se presenta una absoluta coincidencia con el pensamiento político de Vicente Lombardo Toledano.

La "mesa redonda de los marxistas mexicanos"

El antecedente más inmediato y de mayor influencia de la fundación del partido lo constituye la celebración de la "mesa redonda de los marxistas mexicanos", en enero de 1947, la cual captó la atención de la izquierda mexicana y en la que participaron personalidades de todos los grupos de izquierda. En esa reunión Lombardo enunció las características del Partido Popular, creado el 20 de junio de 1948.

La idea de Lombardo de crear un partido político se dio muchos años antes de la creación del Partido Popular en 1948. Ya desde el cardenismo mostró su interés por organizar un partido político de frente único compuesto por todas las masas populares que sostuvieran los preceptos democráticos, antiimperialistas y antifeudales de la Revolución Mexicana. Como secretario general de la Confederación de Trabajadores de México, Lombardo propuso la organización de tal partido en 1937. Este propósito fue dejado de lado una vez que en diciembre del mismo año Cárdenas propusiera la creación de un frente único para reemplazar al partido oficial, que concluyó con la transformación del Partido Nacional Revolucionario en Partido de la Revolución Mexicana, en marzo de 1938, aunque este último no se constituyó realmente en el frente popular.

Consideró que el proletariado mexicano era una clase social con un gran potencial revolucionario, pero que como clase no era autosuficiente, puesto que no podía luchar sola y con éxito contra las fuerzas revolucionarias y promover la revolución, por lo que planteó que éste debería unirse con los campesinos, artesanos, pequeños comerciantes, intelectuales y sectores de la clase media, planteando no sovietizar el gobierno mexicano, entendiendo esto como no buscar la llegada al poder en México únicamente del proletariado, diciendo lo siguiente:

En México no vamos a sovietizar el gobierno; en México vamos a hacer una simple alianza popular para defender los intereses de la Revolución Mexicana [...]. Organizaremos entonces un partido popular dentro del cual el proletariado tendrá un lugar de importancia, dentro del cual él colaborará en una manera decisiva y orientará la política nacional, cuidando en forma preferente los intereses del pueblo mexicano.[ 2 ]

No sólo Lombardo concebía la necesidad de crear un nuevo partido político que tuviera como objetivo rescatar los valores de la Revolución Mexicana. En 1943, Narciso Bassols, José Iturriaga, Víctor Manuel Villaseñor y otros políticos de la época crearon la Liga de Acción Política, que fue el embrión de un nuevo organismo político que pretendía influir en el desarrollo de los acontecimientos nacionales. Aunque Bassols pronto abandonó esta tarea para aceptar la embajada de México en la URSS, la liga fue un evidente testimonio de la inquietud de varios núcleos del sector revolucionario y progresista por crear nuevas agrupaciones políticas.

Por su lado, con el propósito de ir agrupando a las fuerzas de izquierda, Lombardo fundó junto con Dionisio Encina, Narciso Bassols y Gaudencio Peraza, la Liga Socialista Mexicana en 1944, para analizar la situación nacional e internacional y divulgar los resultados que servirían para orientar a los sectores progresistas de México. Sin embargo, la vida de esta Liga fue muy efímera. A pesar de ellos, la existencia de estas dos ligas demostró que sus fundadores sentían la necesidad de mejorar la organización política del país.

Otros de los fundadores del Partido Popular, como Octavio Véjar Vázquez y Victoriano Anguiano, habían participado en otros intentos por crear nuevos partidos políticos, aunque sin éxito. Por su lado, antiguos militantes de la izquierda como Enrique Ramírez y Ramírez, Rodolfo Dorantes, Rafael Carrillo, Leopoldo Méndez y otros, en virtud de las crisis del Partido Comunista Mexicano, plantearon en diversas ocasiones la necesidad de crear nuevos partidos.[ 3 ]

Desde entonces, Lombardo Toledano concibió la necesidad de la creación de un nuevo partido político, tal y como lo expresó en un discurso en el Palacio de las Bellas Artes la noche del 11 de abril de 1944:

Debemos organizar totalmente la estructura del Partido de la Revolución Mexicana que está muerto y desprestigiado, podrido y desaparecido. Tenemos que hacer un nuevo partido en México, querido por el pueblo, apoyado por los campesinos, los burócratas, los maestros, la clase media, los soldados, los jefes del ejército, los intelectuales. Un partido de verdad, no burocratizado, no inerte, un partido que vibre con el pueblo, lo defienda y que lo represente con honor. Ésa es la perspectiva de un partido político nuevo en nuestro país.

Pero no bastaría un partido nuevo; es menester un nuevo programa. Un programa nuevo de la Revolución. El siguiente paso de la Revolución Mexicana, terminada la guerra, oígase bien: el siguiente paso de la Revolución Mexicana concluida la guerra en su aspecto militar -se refiere a la Segunda Guerra Mundial- es el desarrollo económico del país, de acuerdo con los industriales, los banqueros, los técnicos, los obreros, los campesinos, los burócratas, los maestros, los hombres y las mujeres progresistas de nuestro país de todos los sectores sociales. Mañana, cuando la guerra termine, vamos a vivir una etapa muy difícil, mucho muy difícil, y sólo podremos resultar victoriosos si desde hoy no nos limitáramos a quejarnos en contra de las fuerzas de afuera, sino que empecemos a utilizar nuestros recursos materiales, técnicos y humanos para hacer que México inicie la etapa de la Revolución Industrial.[ 4 ]

Así, pues, desde 1944 Lombardo comenzó a manejar nuevamente la idea de la necesidad de crear un nuevo partido en virtud de que el Partido de la Republica Mexicana estaba muerto y desprestigiado. El nuevo partido por construir debía ser apoyado por los campesinos, los burócratas, la clase media, los soldados, los jefes del ejército, los obreros y los intelectuales; un partido no burocratizado, que vibre con el pueblo, lo defienda y lo respete con honor. La necesidad de crear un nuevo partido político nunca fue dejada de lado, nuevamente en 1946, durante la coyuntura electoral, Lombardo insiste sobre ello.

En una convención extraordinaria del Partido de la Republica Mexicana, celebrada el 18 de enero de 1946, se declaró su disolución para dar paso a la constitución del Partido Revolucionario Institucional. Al día siguiente de la convención se eligió a Miguel Alemán Valdés como su candidato a la presidencia de la República. Sus transformaciones estructurales tendieron a concentrar el poder en los funcionarios del partido y la organización sectorial pasó en términos reales a un segundo plano. Ya no se habló de "pacto" de obreros, campesinos, ejército y sector popular como base del partido, sino más bien de una asociación política de ciudadanos.[ 5 ] Así nació el Partido Revolucionario Institucional, en cierta medida como había nacido el Partido de la Republica Mexicana, no de abajo hacia arriba sino de arriba hacia abajo, como un acto de la voluntad de los dirigentes de las organizaciones sociales anteriormente agrupadas en el Partido de la Republica Mexicana, sin consulta previa individual a los obreros, los campesinos y los empleados públicos que en bloque y automáticamente formaban parte del Partido de la Republica Mexicana. La creación del Partido Revolucionario Institucional también fue precipitada y previa al cambio de gobierno, para impedir que Ezequiel Padilla pudiera llegar a la presidencia de la República, por los graves peligros que este hecho entrañaba, pues tenía amplios nexos con el imperialismo yanqui.

A juicio de Lombardo, suprimir al Partido Revolucionario Institucional en ese momento, sin un órgano que lo reemplazara, sería un error grave, porque no sólo provocaría una falta de unidad en la perspectiva política gubernamental, sino porque daría lugar al nacimiento de pequeños partidos políticos provincianos. Por ello, consideraba que el Partido Revolucionario Institucional debería ser mejorado. Sin embargo, todo partido oficial tiene limitaciones infranqueables frente a determinados problemas o acontecimientos. Le está vedada la crítica constructiva respecto de la obra de los gobernantes. Por eso, sólo una o varias organizaciones independientes del Estado pueden realizar con eficacia la doble tarea de defender el régimen de la Revolución y de hacer al mismo tiempo la obra de crítica constructiva sin la cual el gobierno carece de rumbo.[ 6 ]

No es sino hasta pasada la lucha electoral, y después de la toma de posesión de Miguel Alemán, en 1947, cuando Lombardo retoma la crítica al partido oficial afirmando que el recién creado Partido Revolucionario Institucional era inoperante, que sólo había servido para la elección de Miguel Alemán, y que no había logrado superar la crisis del Partido de la Republica Mexicana.[ 7 ]

Entre 1945 y 1946 varios izquierdistas volvieron a plantear la necesidad de crear nuevos partidos. Sin embargo, fue hasta el 3 de enero de 1947 cuando Lombardo hizo una invitación a las principales corrientes de izquierda: el Partido Comunista de México, la Alianza Socialista Unificada, el grupo "El Insurgente", el grupo marxista de la Universidad Obrera, a intelectuales de izquierda a título personal -como Narciso Bassols y Víctor Manuel Villaseñor- y a sindicalistas como Agustín Guzmán, con el fin de discutir lo que Lombardo denominó "Objetivos y Táctica de Lucha del Proletariado y del Sector Revolucionario de México en la Actual Etapa de la Evolución Histórica del País", la cual se celebró en el Palacio de las Bellas Artes, en la ciudad de México, del 13 al 22 de enero de 1947.[ 8 ]

La coyuntura de celebración de la también llamada "mesa redonda de los marxistas mexicanos" se dio en un momento en que el movimiento obrero y la izquierda en general corrían el riesgo de dividirse, aunado al autoritarismo mostrado por el gobierno de Miguel Alemán, quien, ante el paro de labores de los trabajadores petroleros en demanda de incremento salarial y democracia sindical, respondió con la intervención del ejército y el despido de los líderes.

La fundación del Partido Popular estuvo enmarcada por una expectación debida a las personas que lo convocaban. Ahí había personas de muchas y muy variadas tendencias ideológicas, incluso con posiciones opuestas. La motivación para crear un partido como el Partido Popular se debía a que no existía una organización política que representara las demandas de la clase media. Como su nombre lo indicaba, por popular se entendía una afiliación heterogénea, suelta en el panorama político. Deseaba agrupar a estudiantes, obreros, campesinos, profesionistas, empleados públicos y privados, es decir, una amplia gama de grupos sociales. El propósito del Partido Popular era el de penetrar en las clases sociales que tradicionalmente se habían mantenido al margen de la política activa, aunque, indirectamente, cumplían una función política con críticas que exteriorizaban por vías informales.

En su texto de invitación para la celebración de la "mesa redonda de los marxistas mexicanos", Lombardo expuso que, ante la evidente confusión por la que atravesaba el movimiento de izquierda del país, se hacía imprescindible la realización inmediata de la más amplia y profunda discusión en virtud de las diferentes corrientes de opinión y diversas concepciones sobre la estrategia y la táctica del proletariado y del movimiento revolucionario. El objetivo de la mesa redonda era determinar una acción común en el movimiento obrero y con el movimiento revolucionario en general, haciendo un análisis concienzudo de la situación internacional, del proceso económico, político y social del país para contribuir a la resolución de la crisis por la que atravesaba el movimiento revolucionario de nuestro país.[ 9 ]

En su intervención inicial, Lombardo consideró uno de sus primeros objetivos la fijación de la táctica y la formulación de la estrategia que el proletariado y el sector revolucionario de México debían tener, dándole a la actividad política una base teórica y porque también existía una crisis entre los elementos que componían la izquierda.

En el sector revolucionario de México se había notado un abandono casi completo de la teoría, como guía y como método de lucha. Esta crisis se expresa en una falta de interés por las cuestiones de principios y hasta de abandono de todo esfuerzo por una autoeducación política.[ 10 ]

En su intervención del 13 de enero, Lombardo expuso que la unidad orgánica de los sectores progresistas del país debe ser a través de un gran partido popular:

Al hablar de un gran partido popular dentro del más amplio sector revolucionario de México, surgen desde luego algunas preguntas: ¿Debe desaparecer el Partido Revolucionario Institucional? ¿Debe desaparecer el Partido Comunista Mexicano? ¿Qué ligas debe tener el nuevo partido con las organizaciones sociales existentes? ¿Cuáles deben ser las características del nuevo partido?

Han de ser las masas trabajadoras y demás fuerzas progresistas del país las que decidan [...]. Creemos que las principales características del partido deben ser éstas, y en este sentido hay que, primero, precisar lo que el partido no debe ser, para mejor atender lo que el partido ha de ser. El partido no será el apéndice del Estado. El partido no será un bloque de sectores sociales. El partido no será un organismo de los políticos profesionales. El partido no será un partido marxista o de izquierda. El partido no será un instrumento meramente electoral.

¿Qué será entonces? En primer lugar, un partido independiente del gobierno y, en segundo lugar, un frente revolucionario.

En cuanto a su composición, el partido estará integrado por la clase obrera, por la clase campesina, por los ejidatarios, por los pequeños propietarios agrícolas auténticos, por los peones y aparceros, por la clase media: maestros, pequeños comerciantes, profesionistas, intelectuales y burócratas.

Su dirección será rigurosamente representativa, en proporción correspondiente a sus fuerzas figurarán los exponentes más prestigiados de las clases sociales que formen el partido, y cada uno de estos dirigentes deberá representar, dentro de la ideología revolucionaria, los puntos de vista particulares del sector que dirija.

En cuanto al programa, el nuevo partido buscará el logro de los objetivos inmediatos de la Revolución Mexicana, buscando la emancipación de la nación, el desarrollo económico del país, la revolución industrial de México, la elevación del nivel de vida del pueblo y el perfeccionamiento de las instituciones democráticas. A nivel internacional el partido debe luchar principalmente por la conservación de la paz, la exterminación del fascismo, la independencia de los países coloniales y semicoloniales, por la política de buena vecindad y por la unidad de la América Latina.[ 11 ]

De acuerdo con Lombardo, el nuevo partido formaría parte del régimen revolucionario, pero no dependería del gobierno ni del Estado. Sería independiente del poder público, pero colaboraría con el gobierno en el desarrollo del programa revolucionario de una manera directa o indirecta, haciendo labor de crítica constructiva, señalando los errores que el gobierno cometiera. Había de nacer de abajo hacia arriba y no de arriba hacia abajo como casi todos los partidos. Se afiliarían directa y espontáneamente los hombres y mujeres que aceptaran su programa.

Será un partido nuevo que no entraría en receso en cuanto las elecciones hubieran pasado, sino que sería un partido permanente, de educación sistemática y constante del proletariado y las grandes masas del pueblo. Sería un partido popular, de masas y que agrupara a todos los sectores revolucionarios del país, ya que postular la autosuficiencia del proletariado sería un sectarismo ridículo.

El partido nuevo no puede ser un partido marxista porque ya existe el Partido Comunista Mexicano, y crear otro semejante equivaldría, aunque se diga lo contrario y aunque se quisiera lo contrario, a inaugurar una lucha infecunda entre partidos marxistas, que podría tener graves repercusiones en la vida política general.

Más adelante dice Lombardo:

El nuevo partido no perseguirá, pues, el monopolio de la acción política en nuestro país. Será un organismo más, importante, pero un órgano más en favor de la Revolución Mexicana. Por eso mantendrá relaciones con el Partido Revolucionario Institucional, mientras éste exista. Mantendrá relaciones con el Partido Comunista Mexicano. Mantendrá relaciones con todas las organizaciones sociales que existan, y con todas ellas se reunirá, discutirá, ayudará a la formulación de una línea, a la discusión de los problemas, a su solución concreta.[ 12 ]

Según Lombardo, el partido no debía girar alrededor de ninguna persona, de ningún hombre, sino que sería el partido del pueblo de México. Los objetivos del partido girarían a la luz de los principios de la doctrina marxista, aunque el partido no se pretendiera marxista.

Una vez expuesta la intervención inicial de Vicente Lombardo Toledano en la primera sesión de la "mesa redonda de los marxistas mexicanos", las siguientes ocho sesiones fueron destinadas a discutir las tesis presentadas por Lombardo y para que cada una de las organizaciones políticas participantes o invitados a título individual expusieran sus puntos de vista. Fueron muchos los puntos debatidos, entre los más importantes destacan la Revolución Mexicana, el imperialismo, la crisis económica, el socialismo, el partido obrero marxista y el partido popular. De estos puntos retomaremos la discusión que se dio sobre el carácter del partido propuesto por Lombardo, por ser de lo que nos ocupamos en este espacio, retomando las que a nuestro juicio fueron las intervenciones más importantes.

Para la Alianza Socialista Unificada, en voz de su dirigente Valentín Campa, su organización no se oponía a los trabajos de creación del Partido Popular, pero estaba más bien en favor de crear un gran partido revolucionario de la clase obrera. Defendía su propuesta diciendo que si en el Partido Popular también participaba la burguesía industrial antiimperialista, ese partido no podía ser el que educara a la clase obrera. Proponía entonces la creación de un partido de la clase obrera pero no sectario, sino amplio y fuerte que, siendo de la clase obrera, fuera popular por su gran influencia entre las masas y por la atracción de los mejores elementos de los otros sectores a sus filas. En suma, proponía un partido amplio pero marxista, revolucionario, de la clase obrera, como condición indispensable para que el proletariado influyera y dirigiera la revolución.[ 13 ]

Víctor Manuel Villaseñor, invitado a título personal, hizo referencia a los argumentos de Lombardo de crear un partido a la manera de un frente, y de Campa en el sentido de crear un partido marxista de clase, considerando esta segunda opción como limitada en cuanto a su composición, pues excluiría a la clase media y a los campesinos como miembros de ese partido. Por tal motivo, consideró no sólo posible, sino necesario, coordinar la acción de los distintos sectores populares a través de un partido popular con un programa mínimo que satisficiera los intereses inmediatos de los distintos sectores populares. Lo entiende además como un partido popular pluriclasista y transitorio que deberá dejar lugar a un partido de clase dirigido por el proletariado. Dicho partido debe cumplir dos requisitos: formular un programa de realización inmediata y ser totalmente independiente del gobierno.[ 14 ]

Otra participación destacada fue la de Rafael Carrillo, invitado a título personal, quien se pronunció en favor de crear un partido político permanente y no clubes electorales, no hacer de los sindicatos partidos políticos, afiliación individual o colectiva pero voluntaria.[ 15 ]

Una de las intervenciones más polémicas fue la de David Alfaro Siqueiros, de la sociedad "Francisco Javier Mina", quien criticó abiertamente la propuesta lombardista diciendo que en México se debía construir un partido comunista poderoso y que por magnífico que fuera el Partido Popular, el partido democrático amplio, este partido se perdería, se hundiría en la corrupción, se desviaría de su camino si no tienen la censura y la vigilancia constante de un partido comunista poderoso. Sin embargo, consideró que el Partido Popular debía formarse porque hay grandes sectores de la población que no buscarían ni deberían afiliarse al Partido Comunista Mexicano, el cual debe dirigir la revolución.[ 16 ]

Para Dionisio Encinas, del Partido Comunista Mexicano, lo que debía hacerse era buscar el fortalecimiento del Partido Comunista Mexicano. El partido propuesto por Lombardo no será un partido de clase sino un partido de unidad nacional, popular y antiimperialista. A su juicio no debe competir con el Partido Comunista Mexicano y mucho menos sustituirlo, por lo que concluye su intervención diciendo que el proletariado es la única fuerza social capaz de dirigir la revolución democrático-burguesa.[ 17 ]

En su intervención, Luis Torres, del grupo "El Insurgente", opinó que más que crear un nuevo partido debía fortalecerse al Partido Comunista Mexicano.[ 18 ]

En la octava sesión, del martes 21 de enero de 1947, Hernán Laborde, de la Alianza Socialista Unificada, ratificó y profundizó algunos planteamientos expresados días antes por Valentín Campa, proponiendo crear un partido marxista-leninista grande, fuerte y poderoso, capaz de orientar todo el movimiento revolucionario del país y fortalecer el Partido Comunista Mexicano antes que crear nuevos partidos, proponiendo aprovechar los trabajos de la "mesa redonda de los marxistas mexicanos", para sacar al Partido Comunista Mexicano de su crisis y transformarlo rápidamente para desempeñar el papel de vanguardia del proletariado.[ 19 ]

Las conclusiones a las que llegaron los participantes, de la mesa redonda fueron: el proletariado debe encabezar la Revolución Mexicana; la clase trabajadora todavía no es autosuficiente como clase social; es necesario crear un nuevo partido que debe ser dirigido por la clase trabajadora, pero en el que deben y pueden militar otros sectores y clases sociales cuyos intereses coinciden plenamente, en esta etapa del desarrollo del país, con los de los trabajadores.

Del resultado de la "mesa redonda de los marxistas mexicanos", se desprende que Lombardo no podía establecer una alianza orgánica con los comunistas del Partido Comunista Mexicano o con la Alianza Socialista Unificada, lo que demostró la incapacidad de la izquierda para buscar su unidad, lo cual vino a demostrar todavía más la debilidad de los sectores progresistas del país.

Poco tiempo después Lombardo precisó sus conceptos sobre el partido, afirmando que el Partido Popular no sería un partido de apoyo incondicional al gobierno; no sería un partido de apoyo al caciquismo nacional; no sería un partido que le disputara su función o su actitud al Partido Revolucionario Institucional, al pan o al Partido Comunista Mexicano; no aspiraría al monopolio político ni al mantenimiento de las formas atrasadas de la política que sobrevendrían; no pretendía disputarle al Partido Comunista Mexicano su bandera de lucha por el socialismo: "El Partido Popular es el partido del pueblo mexicano. No es el partido de la oposición sistemática y a cualquier costa. No existe este concepto, como concepto rígido, para el Partido Popular".[ 20 ] Se pretendía que la política del Partido Popular fuera propia de él mismo, clara y precisa: era una política independiente, pero la independencia entendida por ellos no era la oposición sistemática.

Tal como aparece en la siguiente afirmación, pareciera que Vicente Lombardo Toledano concibe al Partido Popular, más que como un partido político que buscara llegar al poder, como un grupo de presión:

Se afirma [...] que [el Partido Popular aspira] a sustituir al Partido Revolucionario Institucional como el partido del gobierno. Eso no es verdad. Nadie lo ha pensado. Incurriríamos en contradicción. Se afirma que la aparición del Partido Popular reduce la democracia en México. Si postulamos la multiplicidad, el libre juego de los partidos políticos, ¿cómo aspirar al monopolio político?; ¿cómo aspirar a suceder al partido único del Estado? Este argumento es tan deleznable, que no vale la pena comentarlo seriamente.[ 21 ]

El Partido Popular

Después de concluidos los trabajos de la "mesa redonda de los marxistas mexicanos", se inició una campaña de difusión del nuevo partido. A fines de enero de 1947, se llevó ante el trigésimo consejo nacional de la Confederación de Trabajadores de México la propuesta de creación del Partido Popular, en un momento en que esta central obrera se veía seriamente amenazada con motivo de la elección de los nuevos dirigentes.

En esta ocasión, después de hacer un llamado a la unidad, Lombardo presentó las características que debía adoptar el Partido Popular:

Será un partido cuyo programa es el programa que hemos venido elaborando en el curso de los años; hacia dentro: por la industrialización, por la elevación del nivel de vida de nuestro pueblo, por la independencia completa de la nación, y hacia afuera: por la unidad de las grandes potencias, por la paz.

La más pura democracia regirá su vida interna [...]

Será un partido nuevo, porque debe nacer de abajo hacia arriba, por la voluntad espontánea de los que lo formen [...]. Ha de recorrerse el país, y lo que nunca se ha hecho en nuestra historia: se recorrerá pueblo tras pueblo, ranchería tras ranchería, para conocer la opinión de las grandes masas y sus problemas, y obtener la aquiescencia de los hombres y de las mujeres para que se afilien al partido de un modo espontáneo. Así se hará una verdadera peregrinación por la república entera [...]

Este partido será diferente a los del pasado, porque aquéllos se han formado de arriba hacia abajo, o alrededor de un caudillo o por el convenio autorizado de los representantes de las centrales nacionales, pero que nunca han surgido del pueblo, de abajo hacia arriba.[ 22 ]

Después de varios debates, la Confederación de Trabajadores de México, en el cuarto congreso nacional ordinario, realizado en los días 26, 27 y 28 de marzo de 1947, acordó impulsar los trabajos de integración del Partido Popular.

En su resolución número 16 se establece que la intervención de los trabajadores en la vida política nacional es una condición básica para la defensa de los intereses y propósitos de la clase obrera, para que surjan nuevos partidos políticos democráticos y revolucionarios. El Partido Popular, por su estructura y sus métodos, será un partido nuevo, que conservará su independencia del gobierno, aunque colaborará con él en el desarrollo del programa revolucionario; será un organismo más de la lucha en favor de la Revolución Mexicana.

En virtud de lo expuesto a grandes rasgos, el IV Congreso Nacional de la Confederación de Trabajadores de México, resuelve: 1. Contribuir a la constitución de un partido popular cuyo contenido y finalidad queden expresados en los conceptos que anteceden. 2. Invitar a todas las organizaciones sociales del país que estén de acuerdo con estos lineamientos, a que apoyen totalmente la constitución del nuevo Partido Popular. 3. Hacer un llamamiento a todos los elementos que, no perteneciendo a ninguna organización social determinada, estén dispuestos a contribuir con su concurso personal para la organización y para el desarrollo del Partido Popular. 4. Iniciar los trabajos lo antes posible para realizar esta gran tarea histórica.[ 23 ]

Sin embargo, por diversas razones la Confederación de Trabajadores de México no participó en la creación del Partido Popular, en lo que se conoció como la "traición de Amilpa", ya que los entonces dirigentes cetemistas decidieron seguir perteneciendo al Partido Revolucionario Institucional.

De acuerdo con Antonio Rivera Flores,[ 24 ] Lombardo intentó organizar el Partido Popular apoyándose en una serie de personajes de la vida política y sindical que fueron la base y punto de partida para la formación del partido, de ahí que invitara a personas políticamente diferentes como Octavio Véjar Vázquez, Alejandro Gómez Arias, Salvador Novo, José Gómez Robleda, Victoriano Anguiano, Jacinto López, Javier Ramos Malsárraga, Vidal Díaz Muñoz, Narciso Bassols, Víctor Manuel Villaseñor, Diego Rivera y José Revueltas, entre otros, cuya gama política incluía a ex colaboradores de Ávila Camacho, anticardenistas, sindicalistas, liberales de izquierda y ex comunistas, todos con una gran experiencia y heterogeneidad que más que beneficiar perjudicó los trabajos para la construcción del nuevo partido y la conformación de su comité coordinador, ya que los cargos ocupados por Gómez Robleda, Anguiano, Novo y Véjar eran impugnados por Bassols y Villaseñor, pues eran considerados conservadores y de derecha, ante lo cual Lombardo respondió con una salida salomónica, es decir, incorporó también en puestos importantes a estos dos últimos, lo cual no evitó las discrepancias entre ambos grupos.

El Partido Popular nació como un partido democrático y antiimperialista en el que militaban elementos de distintas ideologías y clases sociales, pero cuya dirección analizaba los problemas nacionales e internacionales. Las características del nuevo partido, que nace como un movimiento y como una alianza, fueron expresión de la línea estratégica y táctica del frente que Lombardo Toledano aplicara ya en otras situaciones y que habría de ser la misma que guiaría la actividad del propio Partido Popular - Partido Popular Socialista

La línea estratégica y táctica que el partido denominó frente nacional democrático y patriótico tiene como fundamento la tesis de que, en esa etapa histórica del país, ninguna clase o sector social tiene la fuerza suficiente para imponer sus ideas, sus programas, ni realizar los objetivos que el pueblo desea alcanzar y llama a la unidad para la acción de todas las fuerzas políticas y sociales de dentro y fuera del poder público, para lograr la plena liberación del país de la influencia que sobre él ejerce el imperialismo, sobre todo el imperialismo norteamericano.

Como puede verse, el programa del Partido Popular, que se resume en los siguientes once puntos es producto del pensamiento de Lombardo:

  1. Lucha contra las formas de penetración del imperialismo en la vida económica, cultural, social y política de nuestro país.
  2. Control y reglamentación de las inversiones extranjeras.
  3. Mayor participación del Estado en la economía mediante una política de nacionalización.
  4. Impulso planificado de las fuerzas productivas del país orientado hacia el desarrollo independiente y vigoroso de la economía mexicana.
  5. Hacer avanzar la reforma agraria e impulsar la agricultura y la ganadería.
  6. Mejor distribución de la riqueza.
  7. Unidad, independencia y democratización de la clase obrera.
  8. Absoluta igualdad de derechos y posibilidades entre el hombre y la mujer.
  9. Educación y cultura a todo el pueblo.
  10. Ampliación del sistema democrático del país.
  11. Paz y respeto a la soberanía y al derecho de autodeterminación de nuestro pueblo y de todos los pueblos del mundo.[ 25 ]

El Partido Popular surgió sin el apoyo del gobierno y de la burguesía. Con su aparición el panorama político del país se enriqueció con una nueva fuerza al servicio del pueblo. Formuló un programa que recogió las aspiraciones y los objetivos del Nuevo Programa del Sector Revolucionario de México del año de 1944, los amplió precisándolos y estableciendo sus metas fundamentales: el progreso de la economía basada en la nacionalización de las armas principales de la producción y los servicios, y la alianza de todos los mexicanos de ideas avanzadas para formar, en la práctica y ante problemas concretos, un gran frente nacional democrático y patriótico.

Lombardo concibió al Partido Popular como el partido del futuro:

hemos dicho mil veces y lo repetiremos en el segundo aniversario de nuestro partido, que no hemos creado un trabajo para mañana, ni para el presente periodo de gobierno, ni para la etapa del gobierno que llegue a seguir; en realidad, hemos construido una institución para muchos y largos años; hemos proclamado con orgullo, no con jactancia sino con legítima alegría, que somos el partido de los inmortales porque servimos a una causa que no puede morir -la causa del pueblo-; hemos afirmado que aquellos que nos hemos reunido aquí lo hemos hecho partiendo de una profunda convicción, y no de ambiciones de carácter personal, y que si alguno desapareciese de nuestras filas o las abandonase, muchos otros vendrán a reemplazarlos, y que nunca ha existido en la historia de México un partido como el Partido Popular, el cual se haya consolidado como el nuestro [...]

Por esto somos el partido del futuro. Y esta afirmación no está hecha con el deseo de levantar el entusiasmo momentáneo; es la realidad. Estamos construyendo con grandes, enormes dificultades, un partido permanente en la vida de México, para muchos, muchos años, hasta cuando nuestro país sea libre, completamente independiente y su pueblo pueda vivir en felicidad. Ésta es la meta y la declaración de nuestro partido.[ 26 ]

La primera prueba del Partido Popular fueron las elecciones para diputados de 1949, pues se enfrentó a los ataques del Partido Revolucionario Institucional y del gobierno alemanista, a trabas electorales y a fraudes escandalosos. La consecuencia de esto fue que los candidatos del Partido Popular no obtuvieron ningún triunfo, lo cual reflejaba que el gobierno de Miguel Alemán continuaba dispuesto a seguir marginando a la izquierda mexicana y que no se miraba con buenos ojos la existencia del Partido Popular.

El primer conflicto interno serio dentro del Partido Popular se dio cuando el 22 de septiembre de 1949 se anunció que Ignacio Pesqueira, candidato del Partido Popular al segundo distrito electoral de Sonora, había triunfado en las elecciones, tomando posesión del cargo esa misma noche, desconociendo un pacto de todos los candidatos del Partido Popular consistente en que no deberían aceptar una diputación sin la autorización de la dirección política del partido, para evitar caer en la farsa electoral y no legitimar el proceso al aceptar las derrotas del Partido Revolucionario Institucional sólo en los casos que éste y el gobierno aceptaran.

Mientras Bassols y Villaseñor demandaban el cumplimiento del pacto y la expulsión de Pesqueira del Partido Popular, así como denunciar la farsa electoral, Lombardo y otros miembros de la dirección del partido consideraban que la diputación de Pesqueira debía ser aceptada. Aquí se presentó el dilema de elegir entre una política independiente de oposición, pero cerca de las masas, o someterse incondicionalmente a la política del Estado y sus migajas electorales.

Después de una discusión, la dirigencia del Partido Popular decidió aceptar la diputación de Pesqueira, lo que propició que Bassols y Villaseñor renunciaran al partido, argumentando que mientras no hubiera una reforma de los métodos electorales y se respetaran los triunfos de los partidos independientes, no podría haber en México partidos políticos reales y los candidatos de estos partidos políticos independientes quedan a merced o a favor del capricho del gobierno, ya que esto arruina las posibilidades de consolidación y crecimiento del Partido Popular.[ 27 ]

Posteriormente a las elecciones de 1949, muchos militantes del Partido Popular lo abandonaron, dejando de ser un partido independiente del poder público que reflejó también la debilidad del proyecto lombardista en los cuarenta al no contar con el pleno apoyo de la masas y estar en franca desventaja ante el grupo gobernante.

El Partido Popular desde su primer día de vida fue un partido de oposición a la política de Miguel Alemán y esta oposición vino a resumirse durante la campaña electoral de 1952. La lucha contra la política de Alemán se realizó por ser una política de abandono del programa de la Revolución, pues tuvo las siguientes características: ataque a los intereses económicos del pueblo; formación de una oligarquía que saqueó al país; supresión de toda lucha democrática; ataque a las libertades individuales y sociales; liquidación de la reforma agraria; liquidación del movimiento obrero independiente y de los derechos obreros; no protección eficaz a la industria nacional; entrega del país a la política yanqui de expansión y de guerra.

Para las elecciones presidenciales de 1952, surgieron varios candidatos. Miguel Alemán apoyó a Adolfo Ruiz Cortines. Por otro lado, ya habían surgido las candidaturas del general Miguel Henríquez Guzmán que contaba con el apoyo de Cárdenas y el general Cándido Aguilar. El Partido Popular había resuelto tener un candidato propio, porque no le satisfacía la candidatura de Ruiz Cortines, ni la de Henríquez Guzmán, puesto que ninguno garantizaba la continuación del movimiento revolucionario de México, por lo que aprobó la candidatura de Vicente Lombardo Toledano.

El Partido Comunista Mexicano se acercó al Partido Popular con el objeto de proponer el apoyo a la candidatura de Lombardo, aun cuando expresó haber tenido un compromiso preliminar con Henríquez. Para concretar el acuerdo se firmó un pacto. El Partido Obrero Campesino de México, también firmó un pacto con el Partido Popular, por lo que la candidatura de Lombardo comenzó siendo apoyada por el Partido Popular, el Partido Comunista Mexicano y el Partido Obrero Campesino de México, reuniéndose por primera vez las fuerzas de la izquierda para llevar a cabo una campaña electoral y que podría culminar con la creación de un partido único de la clase trabajadora.

Lombardo propuso a Henríquez Guzmán que se unificaran presentando candidatos comunes a diputados y senadores sobre la base de un programa común, para que a pesar de que hubiera dos candidatos a la presidencia (Lombardo y Henríquez) hubiera un sólo proyecto. Después de varias discusiones se logró elaborar un programa común en lo sustancial que de nada sirvió porque a los pocos días Henríquez rompió el pacto con Lombardo y cada quien propició su propia candidatura, y el Partido Comunista Mexicano se fue con Henríquez.[ 28 ] Nuevamente la izquierda y los sectores progresistas se presentaron divididos y debilitados a un proceso electoral tan importante como el de 1952.

En 1955 el Partido Popular declaró que su meta inmediata era el establecimiento de una nueva democracia en nuestro país, la democracia del pueblo, y su objetivo futuro la construcción del régimen socialista. Ese año adoptó una proposición de Lombardo aceptando el socialismo científico y el marxismo-leninismo como la base teórica del partido, y como sus metas prácticas el conseguir llegar a una democracia popular o democracia del pueblo y después al socialismo. Estas propuestas las planteó en el noveno consejo nacional del Partido Popular, en un documento titulado La perspectiva de México, una democracia del pueblo,[ 29 ] en que expuso que el Partido Popular no puede ser dirigido por varias concepciones sobre la Revolución Mexicana y que una sola preocupación debe dirigir al partido: la necesidad de desarrollar la revolución atiimperialista y democrática de México, con las fuerzas del pueblo, bajo la dirección ideológica y práctica del proletariado, aliado en primer lugar a los campesinos, a las clases medias y, en cuanto sea posible, a la burguesía democrática y progresista.

Con base en estos planteamientos, la dirección del Partido Popular propuso, en noviembre de 1955, su conversión en partido de clase obrera inspirado en la filosofía marxista, lo que es aprobado. Cinco años duró el debate para que se acordara definitivamente el cambio, que incluía la adición de la palabra socialista, para que pasara a llamarse Partido Popular Socialista, reformar la declaración de principios, el programa de acción y los estatutos, tener como objetivos la democracia popular y el socialismo y la línea estratégica y táctica del frente nacional democrático y patriótico. Fue hasta 1960, en la tercera asamblea nacional ordinaria en que el Partido Popular cambió a Partido Popular Socialista, volviéndose más firme y más abiertamente un partido marxista-leninista.

El Partido Popular Socialista

Los nuevos principios fundamentales y metas del Partido Popular Socialista fueron: la adopción del materialismo dialéctico como guía para el estudio de los problemas nacionales e internacionales; la prosecución del internacionalismo proletario; aceptación del centralismo democrático en la estructura del partido; apoyo al gobierno para la nacionalización de las industrias básicas, los servicios públicos y las industrias manufactureras esenciales; acrecentar la democracia política; alianza de todos los trabajadores, de los campesinos, la pequeña burguesía y la burguesía nacional en un frente democrático popular que busque la independencia de México; unificación en un sólo partido de los partidos marxistas-leninistas de México; apoyo a los actos positivos del gobierno y críticas para los negativos; el establecimiento de una democracia del pueblo; y el continuo progreso democrático en México hasta el establecimiento del socialismo.[ 30 ]

Teniendo el antiimperialismo como principio objetivo, el Partido Popular Socialista aspiraría a realizar las metas tradicionales de la Revolución Mexicana: independencia nacional, más altos niveles de la vida y democracia política. Para alcanzar estos fines, el Partido Popular Socialista buscaba establecer una democracia popular en México, la cual serviría para la construcción del socialismo. El rasgo esencial de la democracia popular es un gobierno compuesto por representantes de los trabajadores, los campesinos, las clases medias y la burguesía nacional bajo la dirección de los representantes de la clase trabajadora. En ella se tratará de desarrollar rápidamente las fuerzas productivas de la nación hasta llegar a proporcionar las bases materiales para el socialismo. El socialismo se logrará cuando los medios de producción, distribución e intercambio se hayan convertido en propiedad pública, cuando hayan desaparecido los últimos vestigios del sistema de clase de explotación del hombre por el hombre y cuando en la práctica, el propósito primario de la sociedad sea permitir y proveer las condiciones necesarias para el completo desarrollo de las capacidades de cada individuo.[ 31 ]

También el Partido Popular Socialista mostró una gran simpatía hacia la Revolución Cubana, defendiéndola denodadamente. Durante el tiempo de la invasión norteamericana a Cuba en abril de 1961, el Partido Popular pidió permiso -que le fue negado- al gobierno mexicano, encabezado por Adolfo López Mateos, para enviar voluntarios a la defensa de Cuba. Tiempo después, la dirección nacional del partido declaró lo siguiente:

  1. Cualquier agresión, directa o indirecta, por el imperialismo al pueblo heroico y al gobierno de Cuba será considerada por todos los pueblos de Iberoamérica como una agresión en contra de todos ellos.
  2. Que el pueblo cubano, como el presidente de México Adolfo López Mateos afirmó el 1 de septiembre en su cuarto informe de gobierno, es capaz por sí solo de escoger su camino y construir sus propios destinos.
  3. Que Cuba es la agredida y no la agresora, como el gobierno de los Estados Unidos de América desearía que apareciese.
  4. Que una agresión a Cuba significaría el principio de la tercera guerra mundial, iniciada por el imperialismo en su desesperación.[ 32 ]

Esta declaración continuó pidiendo la formación de un frente democrático nacional de solidaridad con el pueblo cubano.

En 1961 surgió un nuevo elemento de desunión dentro de la izquierda mexicana. En marzo de ese año, la Conferencia Latinoamericana para la Emancipación Económica, la Soberanía Nacional y la Paz se realizó en la ciudad de México. La conferencia organizó el Movimiento de Liberación Nacional como un cuerpo mexicano permanente para difundir las resoluciones de la conferencia y estimular las actividades de todas las personas y organizaciones antiimperialistas de México.

El Partido Popular Socialista deseaba que el Movimiento de Liberación Nacional fuese un comité coordinador de toda la izquierda, esto es, una organización de frente popular compuesta por representantes de los principales partidos políticos izquierdistas y organizaciones populares en México. El Partido Popular socialista hizo propuestas de que en lugar de aceptar esta forma de representación orgánica y funcional, el Movimiento de Liberación Nacional se debía construir como una organización con afiliaciones individuales y con una dirección centralizada. Fue, según afirmó Lombardo, un partido sin ninguna perspectiva, compuesto de intelectuales residentes en la ciudad de México, quienes carecían de contacto real alguno con las masas. Por tal motivo, el Partido Popular Socialista se rehusó participar en el Movimiento de Liberación Nacional y negó a sus miembros el derecho de participar paralelamente en el movimiento.[ 33 ]

El Partido Popular Socialista fue considerado por Vicente Lombardo Toledano como un partido que se inspiraba en la filosofía del materialismo dialéctico, y se servía de ella para estudiar los problemas del pueblo y de la nación y resolverlos acertadamente con la mira de contribuir, como vanguardia del pensamiento revolucionario de México, al advenimiento de un régimen democrático superior al de la democracia burguesa tradicional, para llegar después a una forma mexicana de democracia popular y, más tarde, al socialismo.

Después que el Partido Popular Socialista surgió a la vida política, el 12 de junio de 1948, como Partido Popular, una de sus primeras preocupaciones fue la de proponer la acción común al Partido Comunista Mexicano y después al Partido Obrero Campesino de México, sostenedores del marxismo-leninismo, porque aun luchando juntos los tres partidos o fundidos orgánicamente en uno solo, no podían ser todavía el partido único de la clase obrera con la autoridad que debe tener el verdadero partido de la vanguardia del proletariado y del pueblo de México.

Consciente de que para el proletariado alcance el dominio del Estado y establezca el socialismo debe crearse el partido único de la clase obrera, el Partido Popular Socialista intentó que el Partido Comunista Mexicano y el Partido Obrero Campesino de México superaran sus diferencias y contribuyeran a la creación de un solo partido de la clase obrera. El Partido Obrero Campesino de México, creado a fines de los cuarenta producto de un desprendimiento del Partido Comunista Mexicano, aceptó el llamamiento del Partido Popular Socialista y el 1 de junio de 1963 se dio la unidad de los dos partidos, desapareciendo el primero de ellos e integrándose la mayoría de sus miembros al Partido Popular Socialista

Al día siguiente se efectuó un mitin para dar a conocer al pueblo la decisión del Partido Obrero Campesino de México y el Partido Popular Socialista de fusionarse en un solo partido y llamar al Partido Comunista Mexicano para formar el partido único de la clase obrera. En ese mitin Lombardo expresó que sólo el partido político de la clase obrera puede abolir la propiedad privada y edificar la sociedad socialista, que la clase obrera y su partido pueden buscar alianzas con la pequeña y la gran burguesía nacional durante el periodo de transición, pero en esta alianza el motor y la vanguardia ideológica tiene que ser el partido único de la clase obrera para lograr la democracia nacional, la democracia popular y el socialismo. Llamó al Partido Comunista Mexicano a la unidad, de acuerdo con los principios del marxismo-leninismo y con una línea estratégica y táctica eficaz para México y, si así se acordaba, disolver el Partido Popular Socialista como contribución a la unidad de la clase obrera.[ 34 ] Finalmente, lo que ese intento frustrado demostró fue la incapacidad de la izquierda para converger en un solo proyecto que incluyera a todas sus fuerzas representativas.

[ 1 ] Francisco Ortiz Mendoza. "Partido Popular Socialista", en José Ángel Conchello et al., Los partidos políticos de México, México, Fondo de Cultura Económica, 1975, p. 230-233. Octavio Rodríguez Araujo, La re forma política y los partidos en México, 5a. ed., México, Siglo XXI, 1982, p. 142-149.

[ 2 ] Vicente Lombardo Toledano, El frente único en México, La Habana, Marcos Díaz, 1938, p. 38-40.

[ 3 ] Luis Medina, "Civilismo y modernización del autoritarismo," Historia de la Revolución Mexicana (1940-1952), México, El Colegio de México, 1979, t. 20, p. 115-120.

[ 4 ] Vicente Lombardo Toledano, Discurso pronunciado en la sesión extraordinaria del XXIII Consejo Nacional de la Confederación de Trabajadores de México, que tuvo lugar en el Teatro del Palacio de Bellas Artes, la noche del 11 de abril de 1944. Versión taquigráfica de Gregorio Martínez Dorantes.

[ 5 ] Pablo González Casanova, El Estado y los partidos políticos en México, 2a. ed., México Era, 1982, p. 59.

[ 6 ] Vicente Lombardo Toledano, Un Partido Popular Independiente. Su función en el campo democrático, México, s. e., 1947, p. 11-15. Véase también del mismo autor Un nuevo partido para la defensa de México y de su pueblo, México, s. e., 1947, p. 26-28.

[ 7 ] Sobre esto puede consultarse a Víctor Manuel Durand Ponte, La ruptura de la nación, México, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Sociales, 1986, p. 126, 132, 133, 136 y 169. Es muy importante hacer notar que el propio presidente Ávila Camacho pidió a Lombardo retrasar la fundación del nuevo partido hasta después de las elecciones de 1946. Lombardo anunció su propósito de crear el partido tres días después de las elecciones presidenciales, y el 10 de julio declaró a la prensa, en lo que fue un intento para tratar de unificar a la izquierda, que en lo futuro imperaría en México un pluralismo partidista. Medina, Luis Medina, "Civilismo y modernización del autoritarismo", Historia de la Revolución Mexicana (1940-1952), México, El Colegio de México, 1979, t. 20, p. 120.

[ 8 ] Robert P. Millon, Vicente Lombardo Toledano. Biografía intelectual de un marxista mexicano, 2a. ed., México, Universidad Obrera de México, 1976, p. 278-280; Antonio Rivera Flores, Fin del lombardismo y surgimiento de la UGOCM, tesis de licenciatura, México, Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, 1980, p. 78-81, y Blanca Torres, "Hacia la utopía industrial", en Historia de la Revolución Mexicana (1940-1952), México, El Colegio de México, 1984, t. 21, p. 31-32. Las agrupaciones y las personas participantes de la "mesa redonda de los marxistas mexicanos" fueron: Grupo Marxista de la Universidad Obrera. Los delegados propietarios fueron: Vicente Lombardo Toledano, Enrique Ramírez y Ramírez, Miguel Mejía Fernández, Humberto Lombardo Toledano, Rodolfo Dorantes y Carmen Otero y Gama. Los suplentes fueron: Federico Silva, Estela Carrasco, Joel Marroquín y María Teresa Puente; Partido Comunista de México. Los delegados propietarios fueron: Dionisio Encina, Jorge Fernández Anaya, Blas Manrique, Carlos Sánchez Cárdenas, Abel Cabrera L. y Prisciliano Almaguer. Los suplentes fueron: Alberto Lumbreras, Estela Jiménez Esponda. Grupo Marxista "El Insurgente". Los delegados Propietarios fueron: Leopoldo Méndez, José Revueltas, Luis Torres, Moisés Rogelio Díaz, Eduardo Alonso y Jesús Miranda. Los suplentes fueron: Luz Salazar, José Alvarado y Abraham Gutiérrez. Acción Socialista Unificada. Los delegados propietarios fueron: Alberto Bremauntz, Valentín Campa, Hernán Laborde, José María Suárez Téllez, Manuel Meza A. y Miguel Ángel Velasco. Las personas invitadas a título individual a participar en el debate fueron: Narciso Bassols, Víctor Manuel Villaseñor, Juan Manuel Elizondo, Agustín Guzmán V., Francisco de la Garza, Gaudencio Peraza, Gontrán Noble y Rafael Carrillo. Vicente Lombardo Toledano, Mesa Redonda de los Marxistas Mexicanos, México, Centro de Estudios Filosóficos Políticos y Sociales "Dr. Vicente Lombardo Toledano", 1982, p. 13 y 15.

[ 9 ] Vicente Lombardo Toledano. "Texto de la invitación a la Celebración de la Mesa Redonda de los Marxistas Mexicanos", México, 3 de enero de 1947, en Mesa Redonda de los Marxistas Mexicanos, México, Centro de Estudios Filosóficos Políticos y Sociales "Dr. Vicente Lombardo Toledano", 1982, p. 11-12.

[ 10 ] Vicente Lombardo Toledano, "Intervención inicial", México, 13 de enero de 1947, en Mesa Redonda de los Marxistas Mexicanos, México, Centro de Estudios Filosóficos Políticos y Sociales "Dr. Vicente Lombardo Toledano", 1982, p. 19-20.

[ 11 ] Vicente Lombardo Toledano, Mesa Redonda de los Marxistas Mexicanos, México, Centro de Estudios Filosóficos Políticos y Sociales "Dr. Vicente Lombardo Toledano", 1982, p. 69-70.

[ 12 ] Vicente Lombardo Toledano, Mesa Redonda de los Marxistas Mexicanos, México, Centro de Estudios Filosóficos Políticos y Sociales "Dr. Vicente Lombardo Toledano", 1982, p. 70-73. El Partido Popular fue concebido como un partido nacional independiente del Estado y también de cualquier organización nacional o internacional. Con esto, se descalifica la acusación de que el Partido Popular nacía como un instrumento de Moscú, acusación que se hace sin ninguna prueba y ningún argumento válidos. Vicente Lombardo Toledano, "No servimos ni a Washington ni a Moscú, sólo a la patria mexicana". Discurso pronunciado en la asamblea política de los trabajadores petroleros en pro del Partido Popular, que se llevó a cabo en el Teatro del Sindicato de Telefonistas, la noche del 22 de octubre de 1947. El Popular, México, 30 de octubre de 1947.

[ 13 ] Valentín Campa, Intervención en la segunda sesión de la "Mesa Redonda de los Marxistas Mexicanos", 16 de enero de 1947, Mesa Redonda de los Marxistas Mexicanos, México, Centro de Estudios Filosóficos Políticos y Sociales "Dr. Vicente Lombardo Toledano", 1982, p. 103-105.

[ 14 ] Víctor Manuel Villaseñor, Intervención en la cuarta sesión de la "Mesa Redonda de los Marxistas Mexicanos", 17 de enero de 1947, Mesa Redonda de los Marxistas Mexicanos, México, Centro de Estudios Filosóficos Políticos y Sociales "Dr. Vicente Lombardo Toledano", 1982, p. 141-144.

[ 15 ] Rafael Carrillo, Intervención en la cuarta sesión de la "Mesa Redonda de los Marxistas Mexicanos", 17 de enero de, 1947, Mesa Redonda de los Marxistas Mexicanos, México, Centro de Estudios Filosóficos Políticos y Sociales "Dr. Vicente Lombardo Toledano", 1982, p. 158.

[ 16 ] David Alfaro Siqueiros, Intervención en la cuarta sesión de la "Mesa Redonda de los Marxistas Mexicanos", 17 de enero de 1947, Mesa Redonda de los Marxistas Mexicanos, México, Centro de Estudios Filosóficos Políticos y Sociales "Dr. Vicente Lombardo Toledano", 1982, p. 184-187.

[ 17 ] Dionisio Encina, Intervención en la quinta sesión de la "Mesa Redonda de los Marxistas Mexicanos", 18 de enero de 1947, Mesa Redonda de los Marxistas Mexicanos, México, Centro de Estudios Filosóficos Políticos y Sociales "Dr. Vicente Lombardo Toledano", 1982, p. 231-233

[ 18 ] Luis Torres, Intervención en la quinta sesión de la "Mesa Redonda de los Marxistas Mexicanos", 18 de enero de 1947, Mesa Redonda de los Marxistas Mexicanos, México, Centro de Estudios Filosóficos Políticos y Sociales "Dr. Vicente Lombardo Toledano", 1982, p. 252..

[ 19 ] Hernán Laborde, Intervención en la octava sesión de la "Mesa Redonda de los Marxistas Mexicanos", 21 de enero de 1947, Mesa Redonda de los Marxistas Mexicanos, México, Centro de Estudios Filosóficos Políticos y Sociales "Dr. Vicente Lombardo Toledano", 1982, p. 423-433.

[ 20 ] Vicente Lombardo Toledano, Origen, desarrollo y perspectivas del Partido Popular. Informe al Segundo Consejo Nacional Ordinario del Partido Popular, México, Ediciones del Partido Popular, 1949, p. 42.

[ 21 ] Vicente Lombardo Toledano, "No servimos ni a Washington ni a Moscú, sólo a la patria mexicana", El Popular, México, 30 de octubre de 1947.

[ 22 ] Vicente Lombardo Toledano, Discurso ante el XXX Consejo Nacional de la CTM, México, Ediciones de la CTM, 1947.

[ 23 ] Confederación de Trabajadores de México, IV Congreso Nacional Ordinario de la CTM. 26, 27 y 28 de marzo de 1947, México, Ediciones de la CTM, 1947.

[ 24 ] Antonio Rivera Flores, Fin del lombardismo y surgimiento de la UGOCM, tesis de licenciatura, México, Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, 1980, p. 101-106.

[ 25 ] Francisco Ortiz Mendoza, "Partido Popular Socialista", en José Ángel Conchello et al., Los partidos políticos de México, México, Fondo de Cultura Económica, 1975, p. 223-234 y 274-275.

[ 26 ] El Popular, 24 de junio de 1950. Para Alejandro Gómez Arias, el carácter del PP era socialista pero no marxista y se basaba en el ideario de la Revolución Mexicana, enmarcándose dentro de los intereses nacionales. Alejandro Gómez Arias, "Memorias de un País", La Jornada Semanal. Suplemento de La Jornada, México, nueva época, n. 31, 14 de enero de 1990, p. 20-21.

[ 27 ] Víctor Manuel Durand Ponte, La ruptura de la nación, México, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Sociales, 1986, p. 181-183.

[ 28 ] James W. Wilkie y Edna Monzón de Wilkie, México visto en el siglo XX (Entrevistas con Vicente Lombardo Toledano), México, Ediciones del Partido Popular Socialista, 1982, p. 246-256.

[ 29 ] Vicente Lombardo Toledano, La perspectiva de México: una democracia del pueblo, México, Ediciones del Partido Popular, 1956.

[ 30 ] Robert P. Millon, Vicente Lombardo Toledano. Biografía intelectual de un marxista mexicano, 2a. ed., México, Universidad Obrera de México, 1976, p. 296-297 y 302-304.

[ 31 ] Robert P. Millon, Vicente Lombardo Toledano. Biografía intelectual de un marxista mexicano, 2a. ed., México, Universidad Obrera de México, 1976, p. 332-333.

[ 32 ] Robert P. Millon, Vicente Lombardo Toledano. Biografía intelectual de un marxista mexicano, 2a. ed., México, Universidad Obrera de México, 1976, p. 312-315.

[ 33 ] Robert P. Millon, Vicente Lombardo Toledano. Biografía intelectual de un marxista mexicano, 2a. ed., México, Universidad Obrera de México, 1976, p. 316-317.

[ 34 ] Vicente Lombardo Toledano, "La fusión, primer paso hacia la formación de un partido único de la clase obrera", discurso pronunciado el 2 de junio de 1963, El Día, México, 3 de junio de 1963.

Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México, Álvaro Matute (editor), Ricardo Sánchez Flores (editor asociado), México, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Históricas, v. 16, 1993, p. 193-213.

DR © 2006. Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Históricas